sábado, 23 de enero de 2010

ARQUITECTURA ANTÁRTICA









La estación Halley VI

La sociedad gestora de la expedición británica en la Antártida (British Antartic Survey), en conjunción con el the Royal Institute of British Architects, convocó en verano de 2004 un concurso para el diseño de su nueva estación antártica, la Halley VI.

La competición atrajo 86 propuestas internacionales, de las cuales resultó elegida, un año después de la convocatoria, la presentada por Faber Maunsell and Hugh Broughton Architects.

El equipo de arquitectos británicos presentó una propuesta de estación modular totalmente ampliable apoyada sobre unos soportes de altura regulable que finalizan en forma de patines o esquíes.

Este diseño permite que la estación pueda ser remolcada con facilidad en caso de tener que realizar un cambio de ubicación, ya que los patines sobre los que se sustenta permiten deslizarla fácilmente sobre el hielo.

Los módulos son fácilmente construibles, reorganizables y transportables, todos ellos requisitos indispensables para una estación científica que está pensada para poder adentrarse en el mar helado en la época de invierno y poder reubicarse en tierra firme en verano antes del retroceso de los hielos.

Además de poder ser transportada rápidamente en caso de que la placa de hielo sobre la que se ubica pudiese comenzar quebrantarse.

El complejo consta de un módulo central pensado para alojar las actividades no científicas. El resto de módulos se ubican flanqueando este módulo principal, y están diseñados para adaptarse fácilmente a las cambiantes necesidades de los diferentes programas científicos.

Asimismo, están pensados de forma que constituyan un lugar agradable para la vida y el trabajo de los científicos, así como para ser extremadamente respetuosos con el medio ambiente de las vírgenes tierras antárticas.

La estación está preparada para soportar vientos habituales de hasta 100 kilómetros por hora y temperaturas de -30º, llegando incluso a extremos de -55º.

"En nuestro diseño, los laboratorios podrán convertirse en dormitorios y los dormitorios en laboratorios, según las necesidades".

"Todos los edificios tienen 'piernas', y cada pierna tiene un esquí en la base".

"De esta forma, cuando se necesite mover los edificios, se les baja de nivel y se les traslada con ayuda de un buldózer".

"Es una instalación científica, y no sabemos cuáles serán las tendencias científicas dentro de 20 años, o qué tipo de ciencia se necesitará llevar a cabo".

"Suponemos que el calentamiento global jugará un papel muy importante, pero básicamente el edificio necesita ser flexible. En nuestro diseño, los laboratorios podrán convertirse en dormitorios y los dormitorios en laboratorios, según las necesidades".

Hugh Broughton

Un saludo!

Alejandro Casado.



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